miércoles, 30 de septiembre de 2009

¡Hay que gritarlo a los cuatro vientos!



¿Qué sucedió en la pasada XXV Bienal de Artes Visuales 2009?


La pregunta correcta debería ser ¿qué no pasó? Me había resistido a ir al Museo de Arte Moderno y presenciar de cerca lo que ya se ha venido ventilando desde la selección y premiación de esta versión. Mis razones tengo, les aseguro. Aún así, he estado al tanto, imposible no hacerlo, de las duras críticas surgidas a partir de los resultados divulgados.

Es más de lo mismo, pero con la diferencia de que cada vez es peor. Había decidido no escribir al respecto, hasta tanto no observara de cerca lo que ya sabía, pero ha sido imposible. Pretendo ir hoy mismo a visitar al museo, me tomaré un analgésico antes de hacerlo y me prepararé mentalmente para ello. Ahí, entonces, escribiré al respecto con las bases necesarias para hacerlo; aunque ya el ciclón está armado, como dio a entender Carlos Francisco Elías, quien merece respeto y quien se refirió al tema oportuna y adecuadamente. Así también, debo mencionar a mi amigo del alma, Odalís Pérez Nina, a quien ya he dicho admiro y respeto en varias ocasiones. Ambos planteamientos los daré a conocer luego que pueda saborear el amargo de una bienal más que cuestionable.

Anoche estuve en el panel convocado por la Asociación Dominicana de Críticos de Arte (ADCA), en la que este año fui admitida como miembro, donde se debatió el tema. El debate está planteado y seguirán las discusiones, por suerte para esa pobre bienal y, más aún, para esos artistas que presentaron un trabajo valioso, han tenido una trayectoria y no solamente fueron ignorados, sino que aguantaron la humillación de ver premiar lo inconcebible. Claro con sus excepciones incluidas.

Por ahora, solamente quisiera hacer una pregunta, y me gustaría que quienes entiendan puedan contestar lo hicieran. ¿Cómo obtiene un premio “Omega se casa con mi hermana? Imagen que presento a continuación, y que se me hace imposible llamar obra, con el perdón de quien se atrevió a pintarla. Aunque, evidentemente, será siempre menos culpable que quienes se atrevieron a premiarla. Así también, el gran premio.


Omega se casa con mi hermana.

Gran premio

6 comentarios:

  1. hola clara
    Entiendo perfectamente de lo que estás hablando, no sé cómo será por esas tierras (supongo que exactamente igual), por aquí, cada vez que voy al museo de arte contemporáneo de mi ciudad, casi siempre salgo desilusionado como poco, muchas veces indignado. Parece que hay que realizar las obras (¿de arte?) más estúpidas y de peor calidad posible para poder acceder a un púlpito en el que tu trabajo pueda ser visto. Muchas veces me digo a mi mismo cuando veo basura en un museo, que hay que ver la trayectoria del artista, buscar la razón de por qué se ha llegado a conclusiones artísticas semejantes, etc. Pero casi nunca las encuentro.
    Ni que decir tiene que en mi país el único requisito para acceder a galerías o museos es la suerte y un padrino a tus espaldas.
    un abrazo

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  2. Gracias, Vespiter, por tu comentario. Como dices en todas partes debe ser igual, donde quiera se cuecen habas. En este caso, esta bienal ha sido un desatre con mayúscula, y fue premiado aquello que no debió ni calificar. Por eso, la Asociación de Críticos de Arte ha levantado el tema y se piensan continuar con los paneles, por suerte. Es necesario continuar la polémica, esto no puede volver a pasar. Esto es asunto de todos.

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  3. estoy totalmente de acuerdo con tu opinión vel, o padrino o unas buenas rodilleras, y perdón por esta expresión en tu blog mi querida bucanera clara, pero yo también lo veo así.

    es preciso polemizar,reventar todo para que tanta ignorancia deje o pretenda abrumarnos.


    abrazos a los dos, angel o voltios.

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  4. No hay de qué perdonarte, Ángel. Todo lo contrario, gracias por tu comentario. Y eso creo, debemos polemizar todo lo que sea necesario. Creo que las grandes crisis son las que logran el cambio, incluso son las que nos hacen cambiar y enrumbarnos hacia mejores tierras, mares, destinos. Las crisis siempre nos hacen crecer.

    Venga un abrazo,

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  5. Dios mío, leo y todavía no lo creo. Que alguien me diga, por favor, que esto es una broma.

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  6. Hola, Carlitos. Eso me hubiera gustado decirte, que era una broma, incluso iba a comenzar este post de la siguiente manera: Aunque por suerte no creo que mi hermana pensaría en casarse con Omega, prefiero también creerme que premiar este lienzo, porque no puedo llamarle obra, es una broma pesada o una terrible pesadilla a la que debo despertar. Pero, lamentablemente, muy lamentablemente, es cierto. La obra “Omega se casa con mi hermana” fue premiada, y otra que parece tapiz obtuvo el gran premio. Lo he sentido tanto como tú.

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