Sola olfateé buscando
un tesoro enterrado
el vuelco de la noche
en tus ojos vagabundos
yo te escogí
por tu jactancia
y tu lengua espada
no me importó
la herida que me dejaste
Tatuaje ese es tu nombre
más precioso que doblones españoles de oro
me rasco las letras en el brazo
todavía se mezclan la tinta y la sangre.
un tesoro enterrado
el vuelco de la noche
en tus ojos vagabundos
yo te escogí
por tu jactancia
y tu lengua espada
no me importó
la herida que me dejaste
Tatuaje ese es tu nombre
más precioso que doblones españoles de oro
me rasco las letras en el brazo
todavía se mezclan la tinta y la sangre.
Estoy segura de que perfectamente podía haber sido tuyo...qué sencillo y lindo.
ResponderEliminarSaludos.
Hola clara, vengo aquí, de rebote, por mi amiga aurora, que te comenta más arriba, le echo un ojo a tu blog y me gusta, me hago seguidor con tu permiso y me lo apunto en mis lecturas diarias.
ResponderEliminarUn placer esos bucaneros.
Abrazos.
Gracias, Aurora. Gracias por navegar por estos mares.
ResponderEliminarA Voltios, bienvenido a este bergantín. Qué dicha que te agrade la vida en el mar. Gracias por tu comentario. ¡Bienvenido a bordo!
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