domingo, 2 de agosto de 2009

De mi cofre personal


Al hombre de mi vida.

Estoy triste, muy triste. Morgan no me responde, espero lo haga pronto.

Llevo un par de días encerrada, sin salir a cubierta. Mi querido bergantín se siente vacío. Me resulta extraño estar sola al timón. La aventura se interrumpe. Debo confesarles: Morgan es el hombre de mi vida, de mis sueños.

Hoy, amanecí tocada de verdad. Como ya dije, quiero navegar sin cargas agregadas. Libre, como el viento que sopla y cuenta sus dichas y desdichas. Les he contado algunas de mis dichas, ahora debo dar paso a las segundas. Son parte del riesgo que significa estar vivo.

No sé dónde está Morgan. Desde aquí, le enviaré un mensaje en una botella:

Despierta, sí. Levántate de adentro de la maleza. Cobíjame de sueños. Báñame con tus palabras que me saben a miel. Ríe, que así se amplia el horizonte, y nunca dejes de cantar como buen pirata que eres.

Delirios, sueños, miedos en las sábanas mojadas, porque no estás. No tires por la borda lo bueno que hemos creado con pedazos de mar. Te he regalado el corazón, como te he regalado mi boca y cada parte de mi cuerpo. Aquí, sigo estando para ti. Aunque nunca quieras tocar mis manos. Porque te amaré hasta el fin, y después de él. No izaré la bandera pirata hasta que no estés de vuelta.

Pues, sucedió de noche

…en el mar.

1 comentario:

  1. Clara, amiga, qué bueno, qué bueeno este "Al hombre de mi vida"... TIENE ALMA.
    Sigue escribiendo y expresándote, es tu boleto a la cima.

    Tu amigo,
    Julián Amado

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