Llevo a bordo como una joya valiosa este peine de la foto que me ofreció la madre naturaleza, cuando desembarqué en una isla que bauticé con el nombre de: Los muy bien peinados de los mares.
Fue cuando me dio por reflexionar, respecto a que si era que estamos tan despeinados, que ella nos regala peines gratis o, simplemente, quiere que nos detengamos a pensar en lo maravillosa que es esa naturaleza que cada día se destruye en manos humanas.
El caso es que aquí navego con mi peine. Y cada mañana, con cada despertar, peine en mano, aliso mi cabello, antes de ponerme mi sombrero pirata y dirigir las velas hacia la conquista de nuevos mares y nuevas tierras.
Aunque en realidad, ¡Esto no es un peine!, para hacer alusión a la famosa y controversial obra “Esto no es una Pipa”, de René Magritte, de quien, precisamente, elegí otra de sus obras como cabezote de este blog “Canción de amor”. Y, asimismo, a su obra “Objetos personales” que, sin casualidad, contiene un peine como elemento focal de la misma.
¡Hasta la próxima!
Esto no es una pipa. Objetos personales.
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