miércoles, 14 de octubre de 2009

El pianista


Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.

Martín Luther King





EL PIANISTA

¿Cuándo terminarán las guerras? El pasado domingo vimos en familia la desgarradora película de Román Polanski, El Pianista. Es inevitable verla sin quedarnos atónitos con lo allí presentado. Todo verídico. Cruel realidad que nos persigue. Todo sucedió, y lo peor de todo es que sigue sucediendo. No terminan las guerras. La gente sigue muriendo. Niños que mueren sin ni siquiera entender lo que sucede. Debo confesar que soy de las que salen afectadas con imágenes como éstas, pero no podemos hacernos de la vista gorda.

El Pianista obliga a la reflexión, tratándose de un tema tan delicado como la matanza judía. La historia se ubica en Varsovia (1939), con la entrada de los nazis. Vemos en el desarrollo cómo el personaje central se va quedando solo, recorriendo un camino de dolor, destrucción, horror, desconsuelo. Él, Wladek, tenía una vida estable y aparentemente perfecta. Su familia, su piano, su vida, hasta que estalla la segunda guerra mundial y su día a día se vuelve un suplicio que parece interminable. Muertes, hambre, destrucción, se convierten en la realidad de una vida que parece no tener sentido.

Ahora es mejor que los que no la han visto se animen a hacerlo, y los que quieran, pues la vean otra vez. Y, aunque, lamentablemente, no puede evitarse lo pasado, roguemos porque la guerra acabe de una vez y se desarrolle esa cultura de paz que tanta gente sólo pregona.





5 comentarios:

  1. Una de las grandes. Pero no creo que el hombre tenga remedio sin que halla una gran catástrofe que lo haga entrar en razón.
    Un saludo

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  2. Saludos. Yo vi la película hace mucho, y la he visto varias veces. Cada cabeza es un mundo… vivir es un arte. La guerra y los judíos son importantes en la historia, pero esta película versa más en el ímpetu humano por superar las adversidades.

    ¿Qué diferencia puede marcar un solo hombre? El arte no tiene razas, es una expresión humana sin fronteras. Ese hombre sobrevivió únicamente gracias a sus sentimientos. No era su guerra, no era su mundo, pero era su vida la que estaba en peligro.

    Su piano, su arte, su mundo, lo llevaron a apreciar el valor de lo insignificante en un mundo cuyo mañana estaba escrito… si se fijó, el final de la historia termina con una peculiar partitura, pero el pianista que la interpretaba… ya no era el mismo.

    No hay nada de malo en la guerra, es solo una palabra; lo malo está en nosotros, los millones de personas que permitimos que ocurran :(

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  3. has dado en el clavo clara, es una de mis pelis favoritas y adrien hace un papel encomiable, digno del oscar que se llevó.

    Encarnar a spizman no fue fácil para él. La escena, refugiado, mal alimentado y defendiendo su bote de pepinillos en vinagre, sin poder siquiera abrirlo, como único sustento, es impresionante. Aquí es donde pude comprobar la maestria de Polanski en el manejo de los sentimientos.

    La banda sonora abrumadora.

    un abrazo.

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  4. Gracias a los tres. Buenos comentarios.

    Antonio: pienso igual que tú. Te comento que dije anoche que mientras más estudiamos menos nos podemos entender. Ciertamente y lamentablemente,deberá pasar una catástrofe para que se pueda entrar en razón. Pero, mientras tanto, colocamos nuestros granitos de arena en nuestro entorno. De eso se trata.Visité tu blog El fin de los tiempos, oportuno nombre. Me gustan tus textos, navegaré por allí cada vez que pueda.

    Fran: Interesante tu Ático, me tendrás también por allí. Tremendo eso que dices que al final ya no era lo mismo. Evidentemente, no podría serlo, porque como dices lo malo está en nosotros. Eres abogado. Mi anterior trabajo tenía mucho que ver con el tema, fui directora de Comunicación del Comisionado de Justicia. Me sorprende que seas abogado y poeta. Me agradará ver tus textos.

    Amigo Ángel (Voltios): en más de una ocasión hemos coincidido. Y sí, la actuación fue maravillosa, sin despedicio. Y eso del bote de pepinillos era para llorar sin parar, como la historia completa. Ese momento de la pieza tocada casi agonizante, fue mágica. Fue tocada con los dedos del corazón.

    Gracias a los tres. Me ha agradado mucho sus comentarios.

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  5. Esta es una pelicula impresionante Clara.. Felicidades.....

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