miércoles, 29 de septiembre de 2010

¡Un feliz cumple para David! !Y la promesa de celebrarlo pronto, juntos!






UN POEMA DE DAVID GONZÁLEZ.


Tenía que decir la verdad o callarme.

Robert Crumb

Cuando era guaje,

y no tan guaje,

me subía con mis amigos

al tejado de un edificio

que pertenecía y aún pertenece

a la Autoridad Portuaria

para poder asistir,

en butaca de primera fila

y sin tener que pasar por caja,

que de eso se trataba,

al estrafalario y estrambótico

desfile de disfraces

que como cada año,

en septiembre,

y con motivo de las fiestas del barrio,

las fiestas de la Soledad,

tendría lugar dos pisos más abajo,

al aire libre,

en la calle Claudio Alvagonzález,

entre lo que era la Rula

y el dique Santa Catalina.

El desfile,

y me jode tener que decirlo,

era un espectáculo bochornoso,

una exaltación de la grosería,

un puro esperpento por así decir:

una improvisada pasarela de tablas

por la que iban desfilando

- lo de desfilar es un decir-

mientras hacían la gracia

- aunque yo no se la veía-

los vecinos más carismáticos del barrio,

disfrazados, ellos, o travestidos,

de felpeyos, o sea, de putas callejeras.

Casi todos los años ganaban los mismos,

o los amigos o familiares de los mismos,

y por eso, casi todos los años también,

cuando el jurado daba a conocer su fallo,

mis colegas y yo, de pie sobre el tejado,

nos poníamos a saltar y a gritar:

¡TONGO! ¡TONGO!¡TONGO! ¡TONGO!




Y OTROS MÁS...


LA PLAZA DE LA SOLEDAD

en un corredor,

en la plaza de la soledad,

en mangas de camisa,

el manco,

con su brazo ciego,

pasa las páginas

de una novela del oeste,

mientras considera

que quizá

el tiempo

sea uno de esos chiquillos

que unas veces

le saludan

y otras

no.


PERDÓN

esta mañana he visto a mi padre.

caminaba por la calle bajo una fuerte lluvia.

no llevaba paraguas.

el termómetro digital

de los jardines de la reina

marcaba 4 grados de temperatura.

¿he dicho que mi padre caminaba?

mi padre no caminaba.

cojeaba.

tiene molestias en una rodilla.

algo relacionado con la artritis

o con la artrosis,

o más grave:

los médicos no acaban de ponerse de acuerdo.

vi a mi padre

desde el coche,

desde su coche, para ser exactos,

porque el mío está en el taller.

estuve a punto de pasar de largo.

en realidad, pasé de largo.

pero luego lo pensé mejor

y aparqué en doble fila, abrí

la puerta

y le llamé. subió.

nos dimos un beso en cada mejilla.

después

le llevé a casa.


DIÁLOGOS

la televisión

estaba puesta encima

de la mesa

de la cocina.

era un televisor

en blanco y negro,

de 14 pulgadas.

la antena estaba rota

y no se tenía de pie,

caía para los lados,

había que apoyarla

en la pared.

baja un poco la tele

me decía mi madre

cuando acababa

de recoger la cocina

y se iba ya para la cama

mañana tu padre

tiene que madrugar

¡QUE BAJES ESA TELE

ME CAGO EN DIOS!


EXCUSA

no, yo no trabajo

en una fábrica de armas

ni levanto muros de cemento armado

o redes de alambre de espino

no, yo no trabajo

en ese ramo de la construcción

ni soy el brazo de la ley

que trata de llegar al cuello

o a las ropas de inmigrantes i legales

cuando tratan de pasar por encima

de esos muros y alambradas

ni tampoco soy,

en otro orden cosas,

el gancho, la porra, el rifle o el arpón

que asesinan a sangre fría

focas, ballenas o cualquier otra especie

animal que se les ponga por delante

no, yo no trabajo

en ninguna de esas historias

o en otras por el estilo

no, lo lamento,

yo no tengo vuestra excusa:

yo no tengo

crías que alimentar.

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